miércoles, 29 de septiembre de 2010

Las Médulas.

Hay un lugar en la Provincia de León, que a mi particularmente, me encantaria ir a visitar. Es una mina, si alguien sabe más o menos por donde voy, se preguntara ¿una mina? si señor, una mina, un pedazo de tierra arrancado de las entrañas del Bierzo de León.
Las Médulas fue en su origen una explotación romana de Oro a cielo abierto, aunque los pueblos indígenas prerromanos ya habían explotado el yacimiento, bateando los placeres fluviales. Seguramente los romanos empezaron a trabajar en la zona en la época del emperador Octavio Augusto, quien dirigió personalmente la mayor parte de las acciones que entre los años 26 y 19 a. C. conquistaron definitivamente los pueblos del norte de la península Ibérica.

La extracción

El sistema utilizado era el llamado «ruina montium», consistente en la captación del agua existente por medio de canales, almacenándola en depósitos para utilizarla en el momento oportuno. El sistema hidráulico de las Médulas es el más espectacular de los conocidos, por la cantidad de agua utilizada y la longitud y el gran número de ramificaciones de sus canales. Actualmente se conoce todo este trazado, visitable en parte con la compañía de un guía.

El Oro.

Se cuenta, que de aqui salian hacia Roma, al año 20.000 libras de oro, lo que, teniendo en cuenta los 250 años de explotación, daría 5.000.000 de libras de oro, es decir, 1.635.000 kg. Según los datos del profesor y arqueólogo Antonio García Bellido, las tierras removidas alcanzan los 500 millones de , lo que, calculando un rendimiento medio de 3 gramos por tonelada de tierra, daría como resultado 1.500.000 kg.
En cuanto al número de trabajadores, Plinio habla de 60.000 obreros manumitidos. Estudios modernos, basados en la tierra removida, hablan de 10.000 o 20.000 hombres, contando con suministradores, guardianes, etc. Plinio comenta en sus escritos la dureza del trabajo: <<es menos temerario buscar perlas y púrpura en el fondo del mar, que sacar oro de estas tierras>>.

En fin, todo a quedado como un impresionante paisaje digno de ver, los rojos montes areniscos, la vegetación incrustada a lo largo de los siglos,los pocos reflejos aurifereros, que dicen, deslumbran al atardecer.
Dos mil años despues, esta locura entre vegetal, mineral,tuneles, agua y barro...no es en el fondo más que una mina... una mina abandonada, abandonada mucho antes de que Leon tuviese reyes y castilla tuviese leyes.

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