martes, 2 de noviembre de 2010

Mi Otoño.

A mediados de septiembre comienza la gran transformacion de nuestros paisajes. Cuando el sol no a empezado a enfriarse llegan las primeras lluvias, los campos se desnudan hasta parecer esqueletos y los bosques estallan por unos dias,en una fiesta de amarillos, ocres, naranjas y rojos.
El bautismo oficial del otoño, se hace en mi pueblo con un homenaje a su patrón san Lucas, los chestanos le dan las gracias por que al fin su cosecha salió bien, daran gracias soltando toros y haciendo baile, siempre con el permiso de las lluvias, que adentrado octubre en mi zona son cuantiosas.
Poco a poco, sin darnos cuenta, pedirán permiso las primeras naranjas, madurarán los caquis y caerán las nueces, las aceitunas se volveran negras y su zumo nos aportará los nutrinetes necesarios para el crudo invierno.
Nos adelantarán la hora, y asi le daran un punto a favor a la tenebrosa noche, que comenzará su reinado desde las primeras horas de la tarde, asi los dias se hacen cortos, y las noches eternas, asi la melancolía dura horas y horas.
Al comenzar cada noviembre, cuando el sol y las plantas parecen haber desfallecido, son las ciudades de los difuntos las que florecen y cobran vida por unas horas. Los camposantos se pueblan de vivos, que recuerdan a los muertos que se fueron. Es la celebración de todos los santos, es en estos dias de fin de otoño, cuando mas se estrechan los lazos entre la vida y la muerte, cuando mas se acercan las estaciones del hombre, a los ritos de la propia naturaleza.
  Casi sin darnos cuenta llegará diciembre y con el la navidad, las ciudades se llenarán de luces, como si quisieran asustar a las tinieblas, poco a poco llegará mas frio, las cúspides nevadas nos dirán que el otoño se va, y sin poder remediarlo una nuevo dia, cada vez mas largo, nos revelará, que el ciclo de la vida continua y que el otoño se marchó para dar paso a una nueva época.